24 May 2012

Postales #005: Correspondencias



Destinatario: Alba Hayward-Torrecillas
Dirección: C/ Zurita 21, 4º C 28012 Madrid – España

14/05/2009 Pohang, Korea del Sur

Albita,
Ayer me fui a la cama contigo, e hicimos el amor. Y fue bonito, y dulce, y salvaje. Te oí gritar cómo no habías hecho nunca. Y yo también grité como nunca. Llevábamos tanto tiempo sin estar juntos. Te quise. Mucho.
No sé si habrás sentido algo, una caricia, algo removiéndote: aquí eran las 23.30 así que allí en Madrid tenían que ser exactamente las 12:30 de la mañana cuando me metí en la cama con Audrey, una compañera de trabajo a la que le dije que, por favor, si podía hacer de Alba, si podía ser tú, por una noche. Se conmovió, la pobre. Pero lo hizo bien.Y no se molestó que la la llamara Alba tantas veces.
Te echo mucho de menos, truchita mía.







Destinatario: Daniel Gascón Tejero
Dirección: 265-2, Songdo-dong, Nam-gu , Pohang 790-829, South Korea


Daniel,
Ayer me follé a Ricardo. Tu mejor amigo. Me sentía tan sola y él es lo más cercano a ti que he podido encontrar. No le llamé Dani. Así sólo te llamo a ti. No sé si sentiste algo o si lo sientes ahora. Espero que lo sientas. MUCHO.

Alba, la truchita, sí.



22 May 2012

Postales #004: 18 de febrero de 1938



Destinatario:
 Srta. Gabriela García

Dirección: C/ Mar Adriático 87 A - Almería


«Tu corazón inventa los mapas en colores,
en tus ojos se hamacan los globos del domingo,
y cuando estás en mí, la noche se abre el pecho
y sangre de estrellas baja hasta tu pelo,
tu nombre, tu violencia.

Esta infinita sed: beberte, desecarte
cisterna de alegría, despilfarro del grito
que los labios ahogan en un delirio»

~ ~ ~

Este poema no es mío, Gabriela, yo no sé escribir. Pero yo te amo por ceja, por cabello, y así me siento cuando pienso en tí: sediento. Y busco tu nombre y tus labios en el borde de cada copa, donde el vino es también la luna que miramos juntos cada noche, tú allí y yo aquí.
Cuando todo esto termine, quiero que nos casemos.
Hoy mi camarada Luis murió, por una granada. Tengo miedo. Y te quiero.

Barcelona, 18 de Febrero de 1938. 
Juan


Postales #003: Amor filial


Destinatario: Antonio Martín Fericgla
Dirección: C/ Dávila, 4, Barbate - España



Querido papá. Llevas 5 años muerto y aún no me he hecho a la idea. Habría querido decirte tantas cosas. Hablar nunca fue lo nuestro, pero yo te quise mucho. Y ya que estamos te lo digo: más que a mamá. Me acuerdo, pa', de cuando me llevabas a pescar. Yo pescaba y tú te pasabas horas mirando el mar. Siempre quise preguntarte en qué pensabas. Me gustaría que me visitaras, alguna noche, en sueños.
Te quiere, siempre, tu hijo.

Emilio



20 May 2012

Postales #002: Sentidos de culpa y churumbeles

Destinatario: Salomé Ceballos Tamariz
Dirección: 1145 Bradford Circle, Batavia, IL 60510, USA


Remite: Ismael Cosme Pemán, C/ Salazár, 6 3ºB, Albacete, España
Desde: Creta, Grecia
Fecha: 16/10/2006

Trabajo en Correos y por casualidad encontré en el remite de una carta tu dirección. Hace unos días me han dicho unas cuantas personas que tuviste un hijo/a mío. Me gustaría saber si es cierto y de serlo si podrías enviarme una foto del niñi/a. SIento no haberte escrito en estos años y hacerlo de esta manera, pero nadie sabía en el pueblo en qué lugar del mundo vivías y los que lo sabían nunca me lo han dicho. Espero que estéis bien. No te olvides de mi petición. No te llevará mucho tiempo cumplirla. Besos. Ismael.


Postales #001: Amores psico-atrópicos

Palabras liminares (por donde se entra o se sale)


Un paquete de postales encontrado en la calle. Una colección, quizás. Todas de gente distinta. Y cada una con una historia (o muchas) detrás.

Yo no cuento nada. Que cuenten ellas. Una (o más) por día. Ahí va la primera.

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Destinatario: Srta. Atropa, 
Dirección: C/ Hada verde, 3
Ciudad: Barcelona

Querida Atropa, mi bella donna,

Te escribo esta postal desde el recoleto pueblo de Palo y Tientieso, donde he permanecido dos días en estado de semiinconsciencia en casa del boticario. Acudí, como sabes, para cubrir la crónica relativa a las danzas populares que se celebran en el lugar. El tabernero, un antiguo jipi reciclado, me invitó a una copa de ajenjo en la que se hallaba disuelto el polvo de una raíz "diez veces más potente que la Viagra". Menudo cabrón. En cuanto llegué a la plaza, ya tambaleante, me topé a oscuros danzantes masáis, mezclados con derviches mevlevis, esos místicos turcos que giran y giran mientras sus vaporosas faldas ascienden al ritmo de la música. Hice fotos. Una de ellas es esta postal. Como ves estaba muy borracho. Aún así no salió movida. Un beso. Tu churri.





19 May 2012

Pastilla roja, pastilla azul



Pasa que te despiertas, bajas a ese bar donde hay tanta gente y alguien te dice "Hola, soy el Oráculo. Y tú eres un Piscis, sabes que no hay cuchara, te gusta el Perseguidor y no has visto la Doble Vida de Verónica".


—Morpheus, ¿dónde está la pastilla azul? ¿Dónde?
—La he tirado. Total, ya te tomaste la roja...
—Mierda. Y ahora?
—Relax and enjoy it. Te va a molar, verás.

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Parece que Morpheus estuvo cavilando y se tomó en serio la pregunta, porque acaba de volver con un frasquito de pastillitas azules. Me da dos: una para anular los efectos de la roja y otra para volver al acuario del que vengo, pescaíto que soy con colita de escorpión y un diente de león en la oreja.

—Ahí va tu pastillita azul, chaval. No sabes lo que me costó encontrarla.
—Que no me apetece ya, Morpheus, que esto me mola. Quiero seguir jugando.
—Pues ahora que la he buscado te la vas a tomar, cagüentó. Y, ¿sabes qué? me la voy a tomar yo también, que me he hartado de jugar. 
—Vaya...
—Hay que tener un buen físico, para correr detrás de los sueños, amigo. Y este no es país para viejos.

Morpheus sabe de pelis, parece. El pescaíto no mucho: ha estado casi siempre al otro lado del cristal, nadando. Esta vez se sentía un poco Nemo. No, no el capitán. El pececito. En fin.



10 May 2012

The Freedom of Jonathan Franzer



Whenever a character of a novel (or a real person) believe that they are the ultimate realist in a culture of savage realism, they loose their credibility: we don't believe them 
(me myself) 













Let's dedicate some time to this. Mmhhmmm... As I've finished to write this sentence, a question comes up from the very bottom of my brain: look, it's 40 ºC (that's it: it's bloody hot) and are you sure you want to use your time to write about this book? Why?

The answer: my house is a mess and if I don't seat here writing something I'll feel compelled to start cleaning and unmessing all this. And it's —really— too hot. And also: David gave me this book, and in some way I have to tell him that... well, let's tell it to him with some few more words.

When I first received the book I didn't even know this Jonathan Franzer. Googled it and found out he won in 2001-2002 —just to mention a couple of them— the National Book Award for Fiction and the Pulitzer Prize for Fiction. A best-selling and high-rated author. I do not normally read books reviews before reading a book, so I just decided to deep my head on it and see. Bad choice. Very bad choice (sorry, David).

I'll try to be brief. First to be said: I haven't finished the book. And I do not know if I will actually finish it. Now, this guy is an excellent writer. I mean, He knows English and he know how to use it. So you start the novel and you decide (English is obviously not my first —not even the 2nd— language, as you can easily understand from my writing) that it's harmless and an easy read. Enjoyable. An it gets a point. Then you go on reading and you find yourself there, in some way: the pop culture references (I'm 41) which makes you feel this is a story of truly today's world. 

But one goes on thinking that the novel wants, in some way, to be a post-modern Tolstoy's vindication (there are more than one reference to Tolstoy, here) but as one perseveres through it, gets more and more perplexed. This wants to be a realistic XXI century novel. And it fails in it. It really fails.

In a post-modern environment, where we are flooded with 24-hours information, a realistic novel cannot aspire to be the herald of the reality, and not even to merely describe it —we know it, we already understand what reality is, we live it, we are inundated with information about reality— but, in some way, it has to transcend it, to put reality on a place where it can be denied, and not just been swallowed as it is. Realistic novels (from Victor Hugo to Anna Karenina to Don DeLillo... not to speak about Thomas Pynchon, but perhaps I'm driving it too far with Pynchon) implicitly raises concern about how fucked up reality is.

And this novel, titled Freedom, which is supposed to be

«[...] about how we use and abuse our freedom; about the beginning and ending of love, teenage lust, the unexpectedness of adult life; why we compete with our friends; how we betray those closest to us; and why things almost never work out as they "should". It's a story about the human heart, and what it leads to us to do to ourselves and each other.»

express in my very personal vision no concern about freedom. Not at all. The problem of realism in Victor Hugo, in Émile Zola was precisely the freedom, or, better said, the lack of freedom and you could "feel it". And that "feeling" was the hardest criticism to the human condition in that reality.

Now, it actually seems that Franzen does not even aspire to criticize reality. It really seems he has nothing to criticize. He seems to be fine with almost everything (you could say here that he merely report the uneasiness of reality and that this becomes a criticism by itself, but no: you do not even get this feeling). In some easy way I could say that everything its reproduced superficially. And here it comes to the superficiality of the characters. The portrayal of the characters is just non-believable. They vacillate in between the cliché, the "genericality" (I've just invented it, but I couldn't find a better word) and an unbelievable artificial way of expressing themselves: the dialogues —most of them— are just not credible (I've to admit that at the very beginning of the novel, I thought the contrary).

Franzen don't even try to give them different voices: the chapters of Patty's autobiography (almost 200 pages) are not spoken with Patty's voice (if it exists). It's Franzen here speaking with his own voice, the same tedious voice which accompanies you through all the book (at least till the page I am reading at the moment).

It's 21:37, now. My house is still a mess (I promise: this weekend I'll dedicate myself to it) and temperature... is still around 35. My pamphlet has come to his end (not too interesting, I guess) and I will sit outside and read a bit more. Now I feel a bit more free.


8 May 2012

De telarañas y miradas

E. lleva ya tiempo despierto, pero no ha abierto los ojos aún. Quiere volver a dormirse y despertarse, pero esta vez limpio. "Seguro que está nublado", piensa. E.

Se ha despertado, E., con una extraña angustia, hoy. Le pesa el alma. Y ha decidido quedarse allí, con los ojos cerrados, sintiéndose. "Qué pasa. Qué es esto". No se aclara, E.

Tal vez un sueño, musita, y sus hilachas. Las hilachas, esas telarañas sucias que le pegan a la sábana, a veces, como si un Spiderman malo malísimo hubiera querido ponerse a jugar con su alma. "Las hilachas", piensa. No suena bien esa palabra. Hay palabras, como ésta, que son húmedas, pegajosas y frías. Palabras que te enfrían el alma.

Y E., en un ejercicio entre lingüístico y simbólico, piensa que hay que volverse a dormir, aunque sean unos minutos; equilibrar ese desequilibrio, neutralizar ese signo menos (frío, húmedo, pegajoso) con unos minútos de edredón cálido y seco, de sueño-secadora, de sauna finlandesa, de polo positivo + de batería (E. siempre ha mirado de reojo y desconfiando los polos negativos de las baterías).

Quiere volver a dormirse, E. Y despertar clean, neat. Le sale el inglés, a E. , porque ese idioma con el que trabaja todos los días le parece limpio, prístino, como el agua del mar en el que ha nacido, ese sea que tan bien suena en inglés, como see, como una mirada sincera y transparente, esa mirada que busca en la gente que pasea por las calles, en las personas con las que se encuentra. Tiene, E. algo como una obsesión con las miradas, con los ojos de los con los que se topa. Le gustan, a E., las miradas de los niños, y las pocas veces que se ha enamorado siempre ha sido de unos ojos como de niña, de miradas que se le antojaban limpias, curiosas, solares.

No puede volverse a dormir, E. Y entonces piensa que tal vez una ducha ayude a lavarse -wash out- esas hilachas de encima, esas telarañas frías, húmedas, pegajosas.

Abre el ojo, E.

"Está nublado. Sabía yo".

No se puede volver a dormir, E. Y entonces escribe. Y escribiendo se acuerda de una mirada. Y se alegra.

Hay ojos, miradas, que son como el sol: deshacen las nubes, secan las telarañas, calientan el alma. Y a veces basta un recuerdo.